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Exposición

El pulso de los días

125 años de la vanguardia

La exposición conmemora los 125 años de La Vanguardia, fundada por los hermanos Godó en 1881. Revisa este periodo de la historia a través del diario barcelonés, a partir de una serie de noticias que se corresponden con los diferentes géneros periodísticos. En este sentido, pretende ser un homenaje al periodismo y a los periodistas, así como a los principales protagonistas del siglo XX y, en última instancia, a los lectores que, con su fidelidad, han hecho posible la aventura cotidiana de este diario.

La exposición presentará un total aproximado de 200 piezas originales, entre obra plástica y objetos diversos y unas 250 reproducciones de artículos, portadas y fotografías.

La exposición incluye un audiovisual sobre lo que ha sido la crónica gráfica de estos años, unas ochenta de las mejores portadas de "La Vanguardia" y un pequeño homenaje al periodismo, con un audiovisual sobre la vida de un diario, completan la mirada a estos años de la historia más reciente.

Comisariado: Màrius Carol

La muestra se inicia con dos escenografías que nos sitúan en la redacción y en los talleres de antes de la guerra, como recibidor del visitante. A continuación, se inicia propiamente la muestra, con el espacio dedicado al editorial, que, en este caso, es un escrito de 1887 en favor del alumbrado público, cuando existía una fuerte polémica entre el gas y la electricidad para iluminar las calles de Barcelona.

A continuación, el visitante entra en el ámbito de la ilustración a partir de una crónica viajera de Santiago Rusiñol y Ramon Casas (1889), dos de los dibujantes de la historia de "La Vanguardia", en que encontramos a otros notables creadores como Nonell y Pellicer, hasta llegar a los más recientes Peret, Krahn o Labanda.

El relato de la bomba del Liceu (1893) es la excusa para referirnos a la crónica de sucesos, en que puede verse una orsini que no explotó y una selección de relatos aterradores del siglo XX junto con elementos procedentes del desaparecido Museo del Crimen de la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona.

La primera reseña de un partido del Barça (1899) y la primera crítica de Picasso (1900) nos remiten a la información deportiva y a la crítica artística, mientras podemos observar objetos míticos del mundo del deporte y los apuntes de las primeras obras del maestro malagueño.

La sección de esquelas es un referente de "La Vanguardia": en este ámbito, y usando como excusa la esquela de portada, a media página, de Mossèn Cinto Verdaguer (1902), se ha realizado una recopilación de las más célebres y curiosas esquelas y se expone la llamada "carroza de los pobres" con la que se trasladaban los ataúdes de los ciudadanos que no se podían pagar su entierro.

Los dos espacios siguientes están dedicados a las guerras: uno, a la crónica del enviado especial, que permite descubrir el talento de Gaziel como reportero de escenarios bélicos (1914), el otro, al artículo de opinión, en este caso de Antonio Machado, acerca del papel del intelectual (1937). Las escenografías y los vídeos de la guerra civil resultan un valor añadido de estos ámbitos de la muestra.

Los años cincuenta están marcados por la censura y no podíamos dejar de dedicar un ámbito a las dificultades de la libertad de expresión. La huelga de los tranvías fue casi una anécdota periodística en 1951, y el caso Galinsoga -el director impuesto (y cesado) por el general Franco-, una pesadilla. Los hechos del Palau también se hallan aquí relatados, aunque la prensa los ignoró.

El papel central de la publicidad, dedicando al primer anuncio del Biscúter un lugar preferente; la crítica musical, a partir del viaje de los Beatles en 1965 a Barcelona, que permite reproducir la portada del Sargent Peppers; la crítica literaria, que da la posibilidad de reconocer las primeras ediciones más destacadas del siglo; la entrevista como género cultivado desde Del Arco hasta los tres periodistas de "La contra", nos sitúan ante un quiosco con las portadas del día en el que murió Franco, que resulta una especie de frontera con el tiempo de libertad.

Las infografías de portada de 1977, que nos enseñaban cómo votar en las urnas, la crónica científica, en este caso del nacimiento de Internet en 1990, y la importancia del fotoperiodismo a partir del reportaje de Khadi (1995), la niña a la que se le practicó una ablación, integran la recta final de la exposición. Piezas notables como la reproducción del homínido Pau, nuestro antecesor más lejano, una selección de las mejores fotografías de los últimos 125 años o los rostros de los políticos que han hecho posible la democracia están presentes en esta parte final de la muestra.

La exposición "El pulso de los días" incluye un audiovisual sobre lo que ha sido la crónica gráfica de estos años, un centenar de las mejores portadas de "La Vanguardia" completan la mirada a estos años de la historia más reciente, que son el disco duro de nuestra memoria colectiva.

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