Visita comentada a la exposición «Fenómeno Fotolibro» en Foto Colectania

El lugar sagrado del mundo del arte es el museo, el espacio donde las obras artísticas reciben el culto que merecen por su rareza, fama y precio. Desde hace unos años se engloban también entre las obras de arte algunos objetos que antes estaban considerados mera documentación, como los archivos personales. Así, las bibliotecas empiezan a ocupar las salas de los museos.

Esta situación no es nueva en cuanto a las fotografías, que son documentos por sí mismas. La obra principal de la mayoría de los fotógrafos reconocidos existe también en forma de libro, aunque la institución artística (museo, mercado, academia) no ha prestado atención a los fotolibros hasta hace muy poco. Los fotolibros, sin embargo, cada día son más valorados, y ahora ya son aceptados en el espacio de las obras de arte.

Algunas bibliotecas privadas son museos por categoría propia. Las de Manuel Álvarez Bravo, Gabriel Cualladó y Martin Parr, por ejemplo, contienen algunas obras maestras de la historia del fotolibro, reunidas a lo largo del tiempo gracias a incursiones en librerías e intercambios con otros fotógrafos. Por otra parte, las bibliotecas muestran los gustos de sus propietarios. Son las fuentes de información, inspiración y crítica de su trabajo. Además de la fotografía, encontramos representados otros temas, como el arte, la filosofía o la literatura, como se puede ver particularmente en la biblioteca de Henri Cartier-Bresson. Las bibliotecas son retratos de sus propietarios, su mejor biografía cultural. Y también son el mejor museo posible de la obra de los fotógrafos.

Esta sección se presentará en el espacio de Foto Colectania, juntamente con una parte de los libros de Martin Parr.

Lugar de encuentro: Foto Colectania, paseo Picasso, 14 (nueva sede)