Lucrecia Martel y Carla Simón

En un mundo nervioso y agitado como el nuestro, reivindicar la necesidad de pararse a observar con empatía lo que nos rodea y los cambios que hay es un gesto revolucionario. En el cine de Lucrecia Martel y Carla Simón esta atención al detalle, esta mirada detenida sobre las cosas tiene, efectivamente, la capacidad de trastornar nuestra mirada y convertirse a la vez en una herramienta para despertar y un lugar de encuentro. Un gesto de amor al mundo que compartimos, de compromiso con el presente y su transformación en el mismo sentido con que lo expresa Hannah Arendt. En sus últimas películas, Terminal Norte (Martel, 2021), que trata sobre la música como refugio y los encuentros inesperados, y Alcarràs (Simón, 2022), sobre la desaparición del modelo de agricultura familiar, las cineastas muestran las complicidades, no exentas de conflicto, a través de las que se construye toda comunidad de resistencia. ¿Cómo eludir los relatos que nos sitúan fuera del presente? ¿Qué narrativas facilitan el encuentro y evitan la huída hacia adelante?

Lucrecia Martel es directora y guionista, y gracias a títulos como La Ciénaga (2001) y La niña santa (2004) se ha consagrado como una de las grandes cineastas latinoamericanas. Por otro lado, Carla Simón, también directora y guionista, ha sido una de las últimas revelaciones del cine europeo, hoy ya consolidada gracias al laureado film Alcarràs (2022).